viernes, 12 de julio de 2013

¡Qué pena que no me entiendas!

¡Qué pena que no me entiendas!
que quieras llevar las riendas
de mi vida y de mi mente.
¿No te basta con tenerme
controlada a todas horas?
¿No basta que haya dejado
las parcelas de mi vida
donde no tienes cabida,
y todo voluntariamente
para estar cerca de ti?
¿Me vas a pedir también
que abandone mi trabajo,
que mande mi casa al carajo?
O vas a implantarme un chip
donde hayas grabado antes
que lo único importante,
que el deber ineludible,
de esta sierva fiel y cauta
es tocar siempre en la flauta,
canciones que te gusta oír.
¡Venga!...que eres madurito,
demuéstrame que has vivido
y que has aprendido a vivir.
Que no puedes conseguir
someter mi voluntad,
respeta mi libertad
para seguir junto a ti.
Quiero poder decidir,
que quiero seguir a tu lado.

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